martes, 6 de diciembre de 2011

EL EX PRESIDENTE DE COSTA DE MARFIL, QUE LLEGÓ A NACIONALIZAR LA INDUSTRIA DEL CACAO, EN EL TRIBUNAL PENAL INTERNACIONAL

Una vez más se confirma el lamentable papel del Tribunal Penal Internacional como instrumento al servicio del intervencionismo de las grandes potencias occidentales. Este tribunal, que nada tiene que ver con el Tribunal de la Haya dependiente de las Naciones Unidas (aunque comparta sede con éste), ni siquiera es parte de la ONU y fue un tribunal creado sobre la marcha en los años 90 para intervenir en la destrucción de Yugoslavia y satanizar al bando serbio/yugoslavo. Sus impulsores son las mismas potencias que usan armas prohibidas (como las revestidas de uranio empobrecido) y masacran civiles (como se ha vuelto a demostrar recientemente en Libia) pero son absolutamente inmunes a la acción de este fraudulento tribunal. Ahora le toca el turno al ex presidente de Costa de Marfil Laurent Gbagbo que fue derrocado por Francia (antigua potencia colonial que aún mantiene tropas en este y otros países de África) y por grupos opositores financiados desde París. El gran pecado de Laurent Gbagbo fue nacionalizar la industria del cacao chocando con los intereses de las multinacionales occidentales que se lucraban del negocio de su exportación, significativo dato que (¡cómo no!) fue ocultado por nuestros medios desinformativos. La intervención francesa contó además con la bendición de otras potencias que "casualmente" son los principales exportadores del cacao marfileño, a saber, EE.UU., Gran Bretaña y Holanda, países que fueron los impulsores del Tribunal Penal Internacinal. El siguiente artículo publicado en Librered el pasado mes de abril explica aquello que nuestros periodistas callan.


Toussaint: “Francia ejecutó un golpe de estado en Costa de Marfil”


Laurent Gbagbo (al fondo) compareciendo en TPI


Alain Toussaint, consejero del ex presidente marfileño Laurent Gbagbo, acusó este miércoles a Francia de haber llevado a cabo “un golpe de Estado” para apoderarse de “los recursos” de Costa de Marfil.

Toussaint insistió en que “elementos de las fuerzas especiales francesas secuestraron” a su dirigente el pasado lunes en la sede presidencial.

Gbagbo fue sacado de la residencia oficial en Abiyán, junto a su esposa Simone, así como un hijo del ex mandatario en otro matrimonio. En la operación habrían participado elementos de las fuerzas especiales francesas, aunque el Gobierno negó esa información.

“La intervención militar (de Francia) atenta gravemente contra la soberanía de nuestro país. Se trata de un golpe de Estado que no tiene más designios que apoderarse de los recursos de Costa de Marfil”, añadió Toussaint en rueda de prensa celebrada ayer en París.

La fuerza francesa Licorne y las tropas de la Misión de Naciones Unidas para Costa de Marfil (ONUCI) actuaron en apoyo de las fuerzas favorables a Alassane Ouattara, según una fuente del Ministerio de Defensa de Francia.

La convulsa situación en Costa de Marfil surgió en noviembre pasado, después de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

La Comisión Electoral proclamó vencedor a Ouattara con 54,15% de los votos recibidos. Pero el Consejo Constitucional rechazó esa decisión y proclamó la victoria de Gbagbo con 51,45%.
Sobre el país

Costa de Marfil es una ex colonia francesa que se independizó en 1960 y que en la actualidad es el primer productor de cacao en el mundo. Las primeras elecciones democráticas, aunque todavía bajo una fuerte influencia de la metropoli, se produjeron en 1990.

Laurent Gbagbo, historiador y fundador en la clandestinidad del partido socialista, salió elegido presidente del país en el año 2000 y dos años más tarde sufrió un golpe de estado fallido impulsado por el general Robert Güei. Algunas fuentes indicaron que Alassane Ouattara, economista, tecnócrata y que trabajó en el FMI (el candidato apoyado actualmente por Occidente) coordinó y apoyó el golpe en la sombra. A raíz de dichos hechos se desató una guerra civil.

En 2003 Francia y otros países occidentales desplegaron tropas en Costa de Marfil en el marco de una Misión de Naciones Unidas con el pretexto de ”pacificar” la zona. 6.000 cascos azules (ONU) y otros 4.000 soldados franceses permanecieron en territorio marfileño hasta 2007, cuando se firmó una tregua y se conformó un gobierno de coalición.

En 2011, tras la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, la Comisión Electoral proclamó vencedor a Ouattara con 54,15% de los votos recibidos. Pero el Consejo Constitucional rechazó esa decisión y proclamó la victoria de Gbagbo con 51,45%. Inmediatamente, los países occidentales se posicionaron a favor de Ouattara.
Los intereses de Francia

En Costa de Marfil todos los sectores clave están dominados por 240 filiales de empresas francesas: petróleo (Total), electricidad (Bouygues), agua (también Bouygues), obras públicas (de nuevo Bouygues, Vinci, Setao, Colas), transporte marítimo (Bolloré), recursos naturales (también Bolloré, Castel), telecomunicaciones (France Telecom) y banca (Générale, Lyonnais, BNP-Paribas). Estos grupos franceses poseen el 27 % del capital social de las empresas marfileñas. Por lo tanto, Francia es el principal proveedor y cliente del país.

Además, otros países occidentales como Estados Unidos, Holanda o Reino Unido, son los principales importadores de cacao en el mundo.

Gbagbo y la nacionalización de la industria del cacao

En marzo de 2011, Laurent Gbagbo, Presidente de Costa de Marfil, emitió un decreto por el cual el Estado se convertía en el único comprador de cacao y se encargaba de su exportación a los mercados mundiales.

“La exportación de productos del sector del café y el cacao la llevará a cabo el Estado, los encargados por el Estado, o los titulares de una licencia de exportador bajo los términos fijados por el decreto”, dijo Gbagbo en la televisión estatal.

“Esto es un robo”. Con esa fuerte formulación, Washington calificó la decisión del presidente de Costa de Marfil, de nacionalizar el comercio del cacao. En Ámsterdam (Holanda), el mayor puerto del cacao del mundo, también se generó malestar.

Así lo explicitó el exportador holandés de cacao, Theo Ligthart, quien reside desde hace años en Costa de Marfil.

Para forzar la salida de Gbagbo, la Unión Europea congeló los fondos del Gobierno para evitar que este pudiera pagarle a los campesinos y frenar así la exportación de esta materia. El propio Ouattara solicitó que se prohibiera a Gbagbo la exportación con tal de paralizar el comercio y ahogar al Ejecutivo.

El comerciante de cacao Bob Stuurman, de la empresa holandesa Huyser Möller, afirmaba alegre que Gbagbo “no tiene dinero o posibilidades para exportar el cacao”. De modo que “será poco el provecho que pueda sacar de su nacionalización”.

Hace unas semanas, un grupo de hombres armados a cargo de Ouattara, se apoderaron del Puerto de San Pedro, lugar estratégico para la exportación de cacao.

El de San Pedro es el segundo mayor puerto de Costa de Marfil y el mayor punto de exportación de cacao del país.