martes, 6 de agosto de 2013

COLABORADOR DE GADAFI: "NOSOTROS VAMOS A RECUPERAR LIBIA, NO TENGAN DUDAS"

Diario Octubre, 06/08/2013



CARLOS AZNÁREZ / Resumen Latinoamericano – El caso de la invasión de los países de la OTAN a Libia ha dado mucho que hablar, sobre todo por generar una matriz que ahora intenta ser repetida en Siria, aunque en este último país las cosas no están saliendo tan sencillas para el alto mando injerencista. En Libia, una nación donde sus habitantes gozaban de uno de los niveles económicos más altos de la región y en el que las numerosas tribus que lo integran convivían en un nivel medianamente aceptable, el imperialismo gestó una estrategia que reunió a mercenarios (la mayoría de ellos beneficiados con suculentos montos de dinero por Qatar), que fueron generando una situación de prolongada desestabilización y acoso al gobierno central de Mohammar Gadafi.

Haciendo base en Benghasi, para desde allí lanzar ataques definidamente terroristas contra la población adicta a la Jamahiriya, se fue preparando el terreno –a pesar de una obstinada resistencia de las fuerzas leales a Gadafi- para avanzar en la intervención abierta de los aviones de la OTAN que finalmente lograron arrasar con los bastiones gubernamentales. Lo que vino después es más o menos conocido: asesinato del líder libio, implantación del terror y la destrucción del país, masacres que ofenden a la humanidad, saqueo y ocupación militar y económica a favor de los países pro imperialistas.

Hace una semana tuve la oportunidad de conocer por propia voz de uno de los más importantes dirigentes del gobierno libio de la Jamahiriya y fiel colaborador de Gadafi, su versión de los hechos acontecidos en ese país africano. Puede afirmarse que nuestro entrevistado, con el que pudimos contactar en Madrid, es un auténtico sobreviviente de la campaña de asesinatos en masa que acontecieron al triunfo de las fuerzas militares de la OTAN. Permaneció hasta último momento junto al Presidente Gadafi, estuvo a la vez en comunicación directa con su hijo Saif al Islam (ahora detenido en manos de una de las tribus) y corrió todo tipo de riesgos para salvar su vida, salir del país y poder, actualmente, diagramar junto a otros de sus compañeros de lucha, el mapa futuro de la recuperación del país para quienes fueron seguidores del líder verde. “Una vez asesinado nuestro líder, salir del país fue toda una aventura y puedo decir que estoy vivo realmente por casualidad”, nos relata en un pequeño apartamento de la capital española donde nos recibió y concedió el reportaje con muy claras condiciones: aparecer con nombre supuesto, por razones de que su presencia en España es absolútamente ilegal y está enmarcada en las actividades de la resistencia, y por lo mismo, ausencia total de fotos que pudieran ayudar a descubrir a alguien que es muy conocido en Libia y no ha cambiado demasiado su rostro ni su aspecto.

Por todo ello, esta es una entrevista donde lo más importante es el contenido de lo que expresa este hombre, que se hace llamar Abdel, y no está basada en ninguno de los recursos del amarillismo periodístico (“exclusivas” o “descubrimos a…”) que nuestro medio no practica por definición. Lo que sí podemos afirmar, es que al verlo, reconocimos en nuestro entrevistado a uno de esos protagonistas que durante todo el período que duró la ofensiva imperialista contra el pueblo y el gobierno libio, desempeñó un papel más que notorio junto al staff gubernamental. Por su boca, a lo largo del par de horas que duró el encuentro nos fuimos enterando de muchos aspectos de los últimos trágicos días del anterior gobierno, de algunos pormenores del asesinato de Gadafi y también de lo que se vive actualmente en un país devastado por donde se lo mire.

-No puedo dejar de preguntarle cómo es que siendo usted tan conocido ha logrado sobrevivir.

- Como le dije, es por pura casualidad, una vez que nuestro líder decidiera resistir y no abandonar el territorio, se armaron tres caravanas de vehículos e integradas por un grupo de milicianos fieles y dispuestos a dar pelea, y salimos en tres direcciones distintas para tomar contactos con quienes a lo largo del país seguían luchando. Así fue que mientras la caravana en la que iba nuestro líder fue detectada, la nuestra logró recorrer cientos de kilómetros, en los que nos fuimos encontrando con nuestra gente, compartimos con ellos las últimas noticias de cada uno de los frentes y dimos instrucciones para continuar resistiendo. Al enterarnos de la atroz muerte de nuestro líder a manos de los criminales imperialistas, decidimos ir acercándonos a la frontera con Argelia, y cuando ya no vimos posibilidades de retomar contactos con otros jefes leales, salimos al exterior, nos reunificamos con otros sobrevivientes y armamos la estrategia actual de recomenzar la recuperación de nuestro territorio luchando contra los invasores.

-¿Antes de hablar de Libia, me interesas que nos dé una aproximación sobre el momento que se vive en la región?

-La situación en Libia es muy dura, debido a que se ha ido desarrollando a sangre y fuego el proyecto internacional imperialista. Lo que pasa es que Estados Unidos con el resto de sus aliados de Occidente decidieron constituir una especie de movimiento religioso reaccionario y, a través de esta “no santa” alianza-matrimonio entre el imperialismo internacional y este movimiento religioso reaccionario, pueden servir a sus intereses aplastando a la izquierda y a las políticas revolucionarias en la región.

-¿Esta estrategia explicaría lo que viene ocurriendo en otros países de la zona donde EEUU aspira a no perder su dominio?

-Exacto. Al mismo tiempo que encaran la destrucción de nuestro país, mantienen la región en la edad oscura, sometiéndola a la influencia de tal movimiento. Por eso, especialmente Estados Unidos, pero también Occidente en general, tienen lazos tan cercanos con la Hermandad Musulmana (HM), que es el principal movimiento en Egipto, Tunez, Turquía y otros países. Ellos acordaron mantener intactos los intereses del Occidente imperial y darles lo que quieren: petróleo, seguridad y mantener la zona dividida. A cambio, estos movimientos religiosos tendrán poder, pueden hacer lo que quieren con su sociedad, lo que obviamente incluye leyes reaccionarias, opresión de la mujer, la lucha contra el arte, la cultura y las políticas de izquierda. Es notorio que esta estrategia funciona para ambas partes. Ellos solo se dieron cuenta que podían caminar juntos en los últimos años y la razón es Turquía. El movimiento islámico turco maduró y dirigió al Estado de una manera que convenció a Occidente de que un tipo particular de Islam puede marchar junto al imperialismo y que esto puede servir a ambas partes. Es un encuentro asombroso entre dos teorías o ideologías distantes: imperialismo occidental y el islamismo reaccionario, y las víctimas son las naciones, los pueblos de Medio Oriente.

-De todos modos es asombroso que les haya resultado tan facil avanzar en una dirección que profundizó la dominación y la devastación de algunos pueblos, que como el libio habían logrado construir una gobernabilidad medianamente adversa a los intereses del Imperio.

-Desafortunadamente, los movimientos progresistas de Medio Oriente fueron débiles y no muy bien organizados. Los gobiernos revolucionarios que han estado en el poder por décadas eran muy vitales en el pasado, pero las revoluciones son como los seres humanos, con el tiempo se vuelven viejos, cansados, enfermos, con sus problemas sociales y económicos y pierden su vitalidad. Esto es lo que les pasó a los gobiernos revolucionarios de Libia y de Siria. Por eso, cuando las genuinas revoluciones suceden en Egipto y Túnez – porque creo que esas fueron verdaderas revoluciones-, la izquierda y el sector revolucionario de la sociedad no pudieron avanzar y presentar un proyecto nacional de cambio. Los islámicos estaban mejor organizados porque se dirigieron al corazón y la espiritualidad del pueblo, ya que tienen una larga trayectoria por la historia religiosa del Medio Oriente. Afortunadamente para nosotros todo esto está cambiando ahora. La HM y la agenda islamista está siendo derrotada en todas partes, lo que es asombroso y no es por nosotros, los revolucionarios, sino por la simple comprensión de la gente común en la calle. Porque después de un año en el poder,  la HM ha demostrado ser opresiva, aliada al imperialismo occidental, a quien no le importa el desarrollo de la sociedad ni hacer ningún cambio positivo en la vida del pueblo. Por eso la gente salió a las calles de El Cairo y otras ciudades de Egipto. Pero también, y no se habla mucho de esto, hubo manifestaciones en Libia, en Túnez, de millones de personas que se manifestaron en contra de esta alianza.

-Ahora sí, hábleme de su país, de esa Libia que se desangra a manos de los invasores, pero por lo que sabemos sigue gestando acciones de resistencia.

-La situación en Libia es un poco más complicada. Los medios no lo cuentan, no hablan del tema. Si no fuera por la OTAN, nosotros podríamos liberar a Libia fácilmente. Nosotros tenemos el poder, tenemos las tribus de nuestro lado, tenemos a la mayoría de la población de nuestro lado pero los estadounidenses, los franceses, los ingleses especialmente, apoyados en parte por los italianos, los alemanes, y un poco de apoyo español, tienen sus ejércitos, sus flotas en el mar Mediterráneo, tienen sus satélites sobre Libia, sus servicios de inteligencia y nos han advertido, en secreto y en público, que cualquier movimiento de la Resistencia Verde en Libia será aplastado. El permiso de la OTAN para intervenir Libia todavía está activo y se rehusaron a retirarlo.

-¿Les sorprendió el papel que jugó Rusia en no impedir la intervención occidental?

-Los rusos intentaron frenar la invasión pero al final la permitieron, porque los rusos están haciendo su juego, están entregando Libia para ganar Siria. Pero refiriéndome a las condiciones en el país, en términos de población y de real poder popular, eso está a nuestro favor, estamos muy fortalecidos. Muchos de mis colegas están ahora de vuelta en Libia. Yo no puedo volver a Libia, mi cara es conocida y resalta donde quiera que vaya, pero la mayoría de mis amigos, muchos de nuestros líderes revolucionarios han vuelto a Libia, están en lugares muy seguros. El sur de Libia, el Sahara, es completamente verde. El centro de Libia también es verde, la mayor parte del oeste, alrededor de Trípoli y dentro de Trípoli es verde, pero el pueblo no puede expresarlo porque la mayoría de las armas más sofisticadas están en manos de las milicias, de las bandas apoyadas por la OTAN. Hasta ahora creemos, por lo que informan nuestras fuentes, que hay entre 1.000 y 3.000 agentes militares de OTAN en el país. ¿Qué están haciendo? Están entrenando a las milicias, dándole armas, tienen equipo de inteligencia sofisticado para ver qué está pasando en el país, se comunican por satélite. El poder militar más fuerte está en el mar, justo frente a Trípoli y Benghasi. Por supuesto nadie habla de esto, nadie lo discute en los medios, quieren mantenerlo tapado.

-Además, los informes de agencias alternativas hablan de una ola permanente de crímenes.

-La situación política es terriblemente mala, si seguimos las noticias veremos que en los últimos días hubo más de cincuenta asesinatos. Afortunadamente estos crímenes suceden dentro de las filas enemigas. Básicamente el enemigo está dividido entre tres fracciones: los islamistas, los llamados “liberales” y las tribus. Los islamistas están divididos, aunque es una falsa división entre la HM, que supuestamente es más política y pacífica, y Al Qaeda. Pero de hecho son uno, aunque quieren aparentar ser dos. La HM sale en los medios, habla amablemente, tiene un discurso político, pero el poder real lo tiene Al Qaeda.

-¿Desde el exterior, estas milicias siguen siendo financiadas por Qatar y Arabia Saudíta?

-No, Arabia Saudita odia a la HM y odia a Al Qaeda, pero a veces han trabajado juntos porque obedecen ordenes de sus amos, los norteamericanos. Pero Arabia Saudita trata lo más posible de alejarse de la HM y Al Qaeda, porque son salafistas.
Qatar, por supuesto, junto a Turquía, son los títeres del imperialismo norteamericano en el área. Qatar apoya con armas y enormes cantidades de dinero y entrenamiento. Los seguidores de Al Qaeda son los más organizados y los que tienen el mayor poder armamentístico. Después están los liberales, que son pequeños en número. Nuestro estimado es que todos los milicianos pro OTAN en todo el país no exceden los 3.000, incluyendo a los de  Benghasi y Trípoli, lo que es un número muy pequeño. Yo sé con seguridad que nuestros combatientes que tenemos solamente en el sur superan los 90.000. Los liberales no son un movimiento como los islamistas, son individuos, personalidades modeladas por manos reaccionarias en capitales de Occidente. Los liberales vivieron la mayor parte de sus vidas fuera de Libia, en Londres, en París, en Nueva York. No tienen apoyo popular, pero son presentados por Occidente como buena gente, demócratas, capaces de reconstruir el futuro de Libia. Pero Occidente sabe que no tienen apoyo. El único que vivió en Libia y conoce gente es Mahmoud Jibril, una personalidad liberal que nos traicionó. Estaba con nosotros, fue ministro en el gobierno, pero pertenece a una de las tribus más importantes del país, Warfallah, que se encuentra en Bani Walid.

-¿Qué sabe de lo que está ocurriendo en Misrata?

-En Misrata está el enemigo. Misrata está muy cerca de Bani Walid, pero incluso dentro de Misrata tenemos muchos verdes. Pero la OTAN tiene el poder para imponerse. Si tienes 1.000 milicianos con armas y apoyo, ellos pueden controlar la ciudad. Los liberales son muy débiles, no son para nada peligrosos para nosotros, no tienen apoyo popular y no están organizados, pero tienen el apoyo de Occidente. No tienen el apoyo de Qatar, de hecho Qatar los odia, la HM también, pero sí son respaldados por  Francia, Inglaterra y Estados Unidos, porque quieren mantenerlos como una opción. La tercera fracción son las milicias tribales, conformadas por algunas grandes familias, o un gran clan o tribu que por alguna u otra razón se unieron a la OTAN. No son muchos pero su alianza está basada en las tribus, no les interesa la política, no tienen ideología. Por ejemplo, si podemos convencer al líder de la tribu de unirse a nosotros, se unen, no están en contra de una Libia verde ni a favor de nada. Todo lo que les interesa es encontrar una posición de poder para su tribu. Ellos quieren poder, quieren dinero para su tribu y esto es muy triste, pero Libia es una sociedad tribal y las tribus son importantes. Esa fue una de nuestras fallas, que en cuarenta años de revolución no fuimos capaces de eliminar las tribus, las debilitamos pero todavía existen. Las milicias tribales son poderosas, son fuertes, tienen armas y tienen gente. Por ejemplo, mientras los islamistas poseen 3.000 milicianos, los grupos armados tribales comprenden muchos más, pueden llegar a 20 mil o 30 mil, no sabemos exactamente, pero son numerosos.

-Por lo que usted dice, la paradoja se da en que la Libia verde no se ha visto menguada en gente pero no puede imponerse debido al poderío de la OTAN.

-Esto que le he dado es el mapa del enemigo. El enemigo no tiene apoyo popular. Por informes de nuestras fuentes dentro del país, creemos, muy dentro de nuestro corazón, que si hubiera cualquier tipo de proceso democrático ahora mismo, ganaríamos por una amplia mayoría. De hecho tenemos más apoyo ahora que el que teníamos hace dos años. Esto es por una razón: no importa qué tan bien gobiernes, si estás en el gobierno por cuarenta años la gente va a querer un cambio, solo por ver que es posible, incluso si fuese un país bello, fantástico. De hecho Libia era un país seguro, rico, teníamos las mejores universidades y carreteras, nos estaba yendo realmente bien.

-Cuénteme cómo es el día a día en su país ocupado.

- Antes que nada es importante saber que el pueblo probó lo que es Libia sin la Revolución Verde y es un desastre. Esto no se ve en los medios y esto es nuestro problema, pero en Libia cada día hay asesinatos, encarcelamientos, robos de bancos, la riqueza petrolera del país se va gratis a Occidente. Vienen barcos, toman el petróleo y se van. No hay más seguridad, el pueblo que antes tenía una posición de poder ahora la ha perdido completamente. Antes, en la Libia Verde el pueblo se sentía con poder porque los ministros y los líderes de las organizaciones eran de toda Libia, hasta las ciudades más pequeñas estaban involucradas en el gobierno. Ahora el pueblo ve que estamos completamente dominados por Qatar, Arabia Saudita, Francia. El pueblo siente que perdió su dignidad. Los pobladores no puede caminar por las calles con sus frentes en alto y sentirse orgullosos como solían hacerlo, ahora todo da miedo: no hables con este hombre porque es islamista, o no hagas enojar a ese tipo porque es de tal milicia tribal, o no insultes a Qatar porque van a venir y matarte. Ahora hay muchas cosas a las que temer, antes Libia era libre.

-¿En ese marco, qué influencia tiene en la población libia los levantamientos populares que ocurren en países vecinos?

-Lo que pasó en Egipto, la revolución contra los islamistas, está teniendo un efecto en Libia. En los últimos días, los libios han salido a protestar por primera vez. Están protestando contra los islamistas, lo que es muy bueno para nosotros, están repudiando a las milicias tribales, dicen que todas ellas deberían ser abolidas y unirse al Ejército. También están protestando contra Qatar, Arabia Saudita, Francia y la OTAN, por primera vez en dos años. Dentro de Libia muchos nos preguntaron si pueden izar la bandera verde y dijimos que no, porque nosotros sabemos que sería una masacre, lo tomarían como una excusa para matarlos a todos y, para ser honestos, nosotros perdimos muchísimo en la guerra, mataron a muchos de nuestros hombres. Ahora no queremos perder más gente, procuramos mantenerlos con vida, porque sirven mejor a la causa vivos que muertos, a menos que seas el Che Guevara y entonces te conviertes en un símbolo internacional. Pero en general sirves mejor a la causa si estás vivo. Aparte no queremos debilitar el espíritu del pueblo. Si hubiese 300 o 400 muertos en un par de días o en una semana, el pueblo se debilitaría, porque la muerte es terrible, la gente pierde hermanos y hermanas. Nosotros pensamos que la muerte no es buena porque los libios  ya sufrimos mucho. Yo perdí gran parte de mi familia en la guerra, no es bueno, así que dijimos que no izaran la bandera, solo que protesten contra el enemigo para debilitarlo.

-¿Cómo juega en la actual situación lo que gente como ustede puede hacer a nivel internacional?

-Nuestro problema en este análisis no es la situación interna en Libia, porque la situación interna es muy fácil para nosotros, el problema es con el afuera, con la OTAN. Hasta hablamos con Europa, ellos saben todo, ellos tienen la misma visión, ellos saben que Libia está mal, saben sobre los islamistas, sobre Al Qaeda, sobre las milicias, saben todo. Pero la situación les viene bien porque están obteniendo petróleo gratis de Libia, tienen servicios de inteligencia trabajando gratis, mantienen su influencia sobre el mundo árabe, África del Norte y África negra. Además se deshicieron de la Revolución Verde en Libia, que era un importante enemigo de Occidente. Le voy a decir un pequeño secreto: hablé con una embajadora norteamericana en África, una mujer, amiga muy cercana de Obama, leí sobre ella en internet, creció con Obama. Es una importante embajadora en África. La conocí hace unos meses y hablé con ella, y ella me dijo, y esto es increible: “¿Usted cree que no sabemos esto?”. Porque yo trataba de explicarle la terrible situación, apelando a la democracia norteamericana: no pueden hacer esto, son seres humanos, deben tener sentido de la dignidad. Ella dijo: “Nosotros sabemos todo esto, pero no podemos dejarlos que vuelvan a Libia porque son enemigos de la democracia norteamericana”. ¡En Libia somos enemigos de la democracia norteamericana! ¿Qué está haciendo la democracia norteamericana en Libia? Le contesté: “¿Cómo puedo yo, en Libia, en mi país natal, en el desierto, en África del norte, ser enemigo de la democracia norteamericana? ¿Qué está haciendo la democracia norteamericana en el Mediterráneo?”. Esto se llama imperialismo, no democracia. Entonces ellos saben lo que sucede, pero siguen insistiendo en apoyar al enemigo.

-¿No ven, a pesar de todo, alguna brecha para sacudirse a los invasores de encima? ¿No trabajan sobre sus contradicciones?

-Es difícil, en nuestras circunstancias, enfrentar a la OTAN en Libia. Los egipcios hicieron un buen trabajo, tengo que respetarlos y admirarlos, porque aunque Obama apoyó abiertamente a Mursi y habló a su favor y la embajadora Paterson se reunió con Mursi y con los generales de la Armada y les advirtió que no podían ir contra Mursi, igual los egipcios salieron a las calles y protestaron. Eran millones, y creo, no solo yo, sino muchos periodistas que estaban ahí, que fue la protesta humana más grande de toda la historia humana. Los números están entre 30 y 40 millones de personas en las calles, es increíble. El poder de la protesta en las calles forzó a los norteamericanos a que agacharan su cabeza y aceptaran sus resultados. Esto no puede pasar en Libia por muchas razones. La principal razón es que no tenemos la institución del Ejército, ya que fue destruido por la OTAN. En Egipto tienen seguridad, como ciudadano egipcio cuando sales a la calle tienes un consuelo en el corazón de que el Ejército está ahí para protegerte. En Libia no tenemos eso, si sales a la calle te matan los milicianos, porque el Ejército fue destruido por la OTAN. La segunda diferencia entre Libia y Egipto es que Egipto no fue nunca -tal vez en los tiempos de Nasser, mucho tiempo atrás-, pero en los últimos 40 años no eran enemigos de Occidente. Entonces Occidente no tiene miedo de que Egipto se vuelva contra ellos, pero Libia solo hace dos años era un gran enemigo de Occidente, entonces Occidente está más asustado de que Libia vuelva a ser enemigo, con su poder petrolero, etcétera.

-¿Actualmente todas las formaciones políticas “verdes” están ilegalizadas?

-No tenemos permitido trabajar en política, pero tenemos un movimiento que se llama Movimiento Nacional y Popular Libio. Ellos hablan de democracia y éste es un movimiento político pacífico y no nos permiten ni hablar, ni abrir oficinas, ni reunirnos con el gobierno, ni discutir nuestros problemas en Libia. A Occidente no le importa, porque ya decidió que Libia tiene que ser lo que es ahora. Mira Irak. ¿Cuándo invadieron Irak? En 2003, ya pasaron 10 años y en Irak hay muerte, destrucción, división del país, Al Qaeda está en todas partes, el petróleo se pierde. ¿Escucharon el informe de Naciones Unidas del año pasado? La cantidad de dinero perdido en Irak es de 600 billones de dólares, nadie sabe donde están. ¿A quién le importa Irak? Todo el mundo sabe que las razones por las que invadieron Irak eran falsas, ¿y a quién le importa? Nadie sabe cuánta gente murió en Irak en los últimos 10 años, tal vez un millón, millón y medio, nadie sabe.

-Insisto en un tema: ¿Por qué cree que Rusia y China jugaron el papel de soltar la mano a Libia y ahora defienden la no intervención de la OTAN en Siria?

-Parte de eso es nuestra culpa. En Libia, en los últimos 10 años, antes de la guerra, nosotros debilitamos nuestras relaciones con Rusia y China, nos acercamos unos pasos hacia Occidente para ver si podíamos tener un diálogo y perdimos algunas alianzas estratégicas. En términos de alianzas militares, con Rusia especialmente, alianzas políticas, culturales, mientras Siria hasta ahora mantiene alianzas fuertes con Rusia, en lo militar e inteligencia. Por otra parte es muy triste que Rusia y China hayan jugado su papel de unirse con nuestros verdugos, aunque son muy poderosos, no creo que podamos considerarlos superpoderosos. Vivimos en un mundo donde hay un solo superpoder que es Estados Unidos. La diferencia de recursos es enorme, Estados Unidos está ahí arriba y hay que bajar mucho hasta llegar a Rusia, Inglaterra o Francia, no hay comparación. Rusia no puede mantener la pelea en todas partes. Les doy un ejemplo: saben que en la protesta del último viernes en Egipto, el pueblo egipcio levantaba fotos de Putin y otras con Obama con una X. Los egipcios nunca hablaron bien de Rusia en los últimos 40 años. La última cosa buena que pasó entre Egipto y Rusia fue con Nasser. Entonces que los egipcios lleven fotos de Putin a las protestas es muy significativo. Si los rusos fueran lo suficientemente poderosos y tuvieran suficientes recursos, deberían meterse en Egipto inmediatamente y reemplazar a los Estados Unidos. Pero no pueden, no tienen los recursos. Los norteamericanos le dan a los egipcios tres billones de dólares al año en ayuda alimentaria, y le otorgan al Ejército egipcio 1.5 billones de dólares en ayuda militar, sea en entrenamiento, cursos, armas, de todo. Entonces hay 4.5 billones de dólares en ayuda, sin contar la ayuda indirecta. Para que los rusos puedan hacer cualquier cosa tienen que tener ese dinero, pero no pueden, no tienen los recursos. Es muy triste que ahora haya políticos egipcios que pidieron la intervención rusa. Les dijeron: “Vengan, los recibiremos, los abrazaremos, por favor vengan y reemplacen a Norteamérica”. Pero los rusos no pueden, simplemente no pueden. Entonces es muy triste que vivamos en un mundo donde tienes que pelear contra el imperialismo, pero a veces debes dialogar con el imperialismo. Es patético, porque esa enorme bestia está encima tuyo, comiéndote y tienes que luchar contra ella, pero al mismo tiempo hablarle. Porque no hay solución, no hay otra vía, esa es la situación para nosotros, es muy triste.

-Háblenos sobre cómo muere Gadafi, por qué se produce la captura  de Gadafi realmente.

-El Líder quería pelear hasta el final. Estuve con el Líder hasta tres días antes que muriera y luego fui para otra ciudad, Bani Walid. La gente lloraba, cientos de hombres le rogaban que saliera, trataron de forzarlo para sacarlo del país, le hablaron, lo pusieron en un auto un par de veces. Él se rehusó completamente a irse y dijo: “Voy a pelear y voy a morir”. En cierto momento, y yo fui testigo porque lo vi con mis propios ojos, el Líder tenía un arma en una mano y una granada en la otra y dijo: “Si ustedes tratan de sacarme la voy a activar”. El Líder se rehusó completamente a salir. Nosotros le dijimos: “Si sale y está a salvo, no importa lo que pase, incluso si perdemos esta batalla no perdemos la guerra, después en dos o tres años podemos volver, pero le necesitamos a salvo”. Todavía me acuerdo y es muy difícil para mí. Creo que él estaba enojado porque la Revolución llegó a esto, creo que estaba realmente triste y muy amargado, lleno de amargura de que después de cuatro décadas de revolución teníamos que admitir que fracasamos. Tuvimos éxito tras éxito, cambiamos al país pero algo salió mal en los últimos diez años y perdimos, perdimos la batalla porque esto no debería haber pasado. Saben que en la década del 90 tuvimos el problema de Lockerbie, y fue una crisis enorme, más grande que el problema que tuvimos en febrero 2011. Occidente estaba en contra nuestra, querían invadir Libia, fue dramático, pero sin embargo nos paramos maravillosamente frente a Occidente, porque el país era un solo corazón. La revolución era fuerte, nuestra ideología era fuerte, nunca fallamos y por nueve años cercaron al país, por nueve años no tuvimos permitido volar hacia adentro o hacia afuera, no pudimos importar ningún arma, ni comerciar nada excepto petróleo. Pasamos momentos duros pero sin embargo no nos derrotaron, salimos victoriosos. Pero en 2011 con sólo unas pocas protestas, unas pocas armas aquí y allá, colapsamos. Esto dice que algo muy malo pasó desde el momento en que se termina el tema de Lockerbie, que fue en el año 2000, y el comienzo de la guerra de la OTAN en 2011. En esos diez años pasó algo realmente grave en el país. Nosotros sabemos lo que pasó, pero no es el momento de discutirlo ahora. Así que el Líder estaba muy amargado de que se llegara a esto y quería pelear hasta el final. No quería una solución política en la que él viviría, en la cual se iría y se convertiría en un presidente que renunció y después tal vez volvería. Él pensaba que esa era una solución burguesa, quería la gloria de la pelea e hizo lo que quería hacer. Lo dejé tres días antes que muriera, me fui a la ciudad de Bani Walid y tres días después escuché de su muerte. Eso era lo que él quería.

-¿Cuál es la situación actual del hijo de Gadafi, Saif al Islam?

-Saif al Islam está en prisión en una tribu, no con el gobierno, con una tribu Zintan, donde lo están tratando bien. La Corte Internacional pidió que se lo entregaran, pero esto te dice que Libia ya no es más un país, un Estado. La tribu se rehusó a entregarlo al gobierno de Trípoli y mucho menos a la llamada comunidad internacional. Así que sigue siendo un prisionero de guerra, no hay evidencias contra él, no hay pruebas.

-Qué me puede decir de los argumentos expuestos por los invasores como excusa, por ejemplo los bombardeos gubernamentales sobre zonas civiles.

-Siempre recuerden esto: Libia fue invadida por la OTAN por tres razones mencionadas en la resolución del Consejo de Seguridad. Ninguna de estas tres razones fueron jamás probadas hasta ahora. Desde hace dos años ellos tienen al país, la escena del crimen, así que pueden probar lo que quieran. Ellos dijeron que nosotros bombardeamos áreas civiles desde el aire. Cualquiera sabría que si bombardeas áreas civiles no puedes esconderlo, no puedes ir y reconstruir un área civil. Esa sería la prueba de que Gadafi bombardeó Trípoli, pero nunca encontraron nada, no hubo ningún bombardeo. Dicen que masacramos a miles de manifestantes pacíficos, pero Libia es un pequeño país de seis millones de habitantes, lleno de tribus. Si una persona muere, él tiene diez hermanos y diez hermanas, veinte tíos y cincuenta tías y cien primos. Yo tengo veintiún hermanos y hermanas, tengo cien primos. Si uno muere, en Libia no se puede hacer como en Occidente donde uno muere y nadie se entera. Ellos dicen que miles murieron, pero ¿dónde están? ¿Dónde están sus tumbas? ¿Donde están las familias? Las madres, las hermanas, las esposas, ¿dónde están? No pudieron encontrarlas. Dicen que violamos cientos de mujeres, pero no pudieron encontrar a ninguna. Al final denunciaron solo diez mujeres y ustedes saben que en cualquier acto de guerra, en el caos de la guerra, por supuesto que habrá algún asesinato o una violación. Yo dije una vez: si hacés un festival de música tendrás casos de violaciones. En Inglaterra, porque yo viví en Inglaterra por mucho tiempo, cada año, cuando había festivales musicales, habían violaciones, porque tenían cien mil personas borrachas o drogadas, alguien va a atacar a una mujer, y mucho más en un acto de guerra. Claro que hubo casos de violaciones pero no fueron sistemáticos, no fueron realizados por el Ejército, no fueron hechos por nosotros, fueron solo actos individuales. Después de dos años de decir que hubo dos mil violaciones consiguieron solo diez situaciones. Las razones que dieron para invadirnos están probadas que fueron falsas. ¿Hay alguien hablando de esto? No. Estuve hablando con un reportero de la BBC, un amigo mío, es un buen tipo pero trabaja para la demoníaca BBC. Estuvo en Libia casi todo el tiempo y le le pregunté: “¿Te acuerdas cuando en Trípoli te dije que no les iba a llevar un año o dos, que les iba a llevar para siempre probar cualquiera de las razones que dio el Consejo de Seguridad para invadir Libia?”. Él se rió y dijo que sí se acordaba. Entonces le pregunté: ¿Cuánto hace que Libia está en las manos de Occidente? Y me respondió dos años. Le dije: “Los crímenes que menciona el Consejo de Seguridad son tan grandes que no podrían ser ocultados”. Y me dijo que eso era correcto. Le volví a preguntar: “¿Los encontraron?” Y me dijo que no. “¿Qué significa eso?”, le pregunté. Lo mismo pasó con Iraq y las armas de destrucción masiva.

-¿Qué futuro le avizora a la resistencia Libia y cómo cree que se podrá inclinar la balanza a favor de lo que usted denomina la mayoría verde?

-Nosotros vamos a recuperar Libia, no tengan dudas. Tengo tanta confianza en mi corazón que Libia será verde otra vez, a pesar de la OTAN, de Al Qaeda, de la Hermandad Musulmana. Eso nos llevará algún tiempo y organización, pero ya estamos trabajando en eso y en contacto con la mayoría de las tribus de Libia, con la mayoría de los políticos y líderes libios. Sabemos que tenemos muchas opciones. La más simple es a través de procesos políticos democráticos normales porque sabemos que la mayoría está con nosotros y sabemos que algún día, incluso si no hacemos nada, a través de medios democráticos volveremos al país. Tenemos otras opciones también: revolución desde adentro como la revolución egipcia. Personalmente no prefiero una solución militar, algo que sería posible para nosotros porque tenemos mucho poder humano, pero la solución militar violenta es un atajo que causaría muerte, destrucción, podría invitar a que la OTAN se meta otra vez en el país, así que tenemos que ser cuidadosos en esto. Les aseguro que algún día nos encontraremos en Trípoli con las banderas verdes flameando en el aire, victoriosas.