martes, 8 de agosto de 2017

DE VENEZUELA NO SE INFORMA, SE OPINA


No es un periodista, es un sicario.

“El gobierno de Venezuela ha dado un paso más en su deriva autoritaria y la nueva y polémica asamblea de dudosa legitimidad ha destituido por unanimidad a Luisa Ortega como Fiscal General del Estado”. No es una declaración de un opositor venezolano, sino el mensaje en titular que el enviado especial de Televisión Española Marcos López nos ofrece en el TD2 del sábado 5 de agosto cuando se le pregunta por la situación en la que se encuentra el país. En su crónica insiste marcando su opinión personal de que la asamblea constituyente es de “dudosa legalidad”, incluso a costa de olvidar la información del día como es el caso de la suspensión política de Venezuela en Mercosur.

Día tras días las crónicas de Televisión Española desde Venezuela destacan por la subjetividad y la falta de profesionalidad rayando la ética periodística más elemental. Hace pocos días otra de las enviadas especiales de Televisión Española a Venezuela, Nuria Ramos como corresponsal en Bogotá, grabó una entradilla que fue emitida a pesar de que tras ella destacaba un cartel de fondo con la frase “no + dictadura”, sujetado especialmente por alguien y con un plano perfectamente medido para que no quedara duda del mensaje, mientras la enviada especial explicaba la posición del gobierno sobre el nombramiento de nuevos miembros del supremo.

No son prácticas aisladas sino sistemáticas. Lejos de informar con objetividad sobre Venezuela, un país que está atravesando una situación compleja y tremendamente delicada, con numerosos actores nacionales e internacionales que tienen fuertes intereses económicos y estratégicos en ambos lados del conflicto dispuestos a influir a los medios de comunicación a toda costa, Televisión Española no está cumpliendo con el papel que tiene encomendado de ofrecer una información veraz y objetiva. Errores de desconocimiento del dossier, manipulaciones burdas y falta de profesionalidad se han convertido en algo cotidiano en la información sobre Venezuela, prácticas que nos están convirtiendo sistemáticamente en portavoces sin criterio de la oposición venezolana, sin guardar siquiera las formas.

Ya es tiempo de que en nuestra RTV Pública prime el rigor profesional y no las afinidades ideológicas. Es imprescindible un cambio en RTVE de inmediato.